lunes, 23 de mayo de 2011

Nutrición en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal

     La denominación enfermedad inflamatoria intestinal, que se abrevia frecuentemente como EII, se emplea para referirse a una serie de problemas que afectan predominantemente al intestino, y que se caracterizan porque producen una inflamación crónica, que no tiende a la curación. Agrupa varias enfermedades, pero sobre todo la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa.

¿QUÉ ES LA COLITIS ULCEROSA?





    Es una enfermedad inflamatoria del colon (el intestino grueso) y del recto. Está caracterizada por la inflamación y ulceración de la pared interior del colon. 

       Su edad de presentación típica es antes de los primeros 40 años de vida, sin embargo, se ha llegado a establecer el diagnóstico en personas de edad avanzada.

      La manifestación más típica es la presencia de diarrea con salida de abundante mucosidad y con frecuencia hay sangre en las heces. El color de la sangre es determinante, cuanto más oscura la afección puede haber interesado un tracto mayor de colon. Además suele manifestar en el paciente dolor abdominal cólico.

     Estos síntomas pueden ocasionar una malabsorción de nutrientes, ocasionado así una malnutrición, ya que en estos pacientes se ha visto que pueden experimentar reducción del apetito y pérdida de peso severa.

¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD DE CROHN?

      Es una enfermedad crónica autoinmune en la cual el sistema inmunitario del individuo ataca su propio intestino produciendo inflamación. Frecuentemente la parte afectada es el íleon o tramo final del intestino delgado, aunque la enfermedad puede aparecer en cualquier lugar del tracto digestivo.

     La enfermedad se caracteriza por períodos de actividad (brotes) e inactividad (remisión). Estos períodos varían según los pacientes, en algunos la remisión dura años; sin embargo en otros se pueden producir brotes continuos. Las fases de remisión se caracterizan por la ausencia de síntomas, mientras en las fases de actividad se presentan mayoritariamente dolores abdominales, diarrea, vómitos, obstrucciones, fiebre, pérdida de apetito y pérdida de peso.
      Los pacientes con enfermedad de Crohn pueden tener síntomas muy variables. Unos pocos no sufren casi molestias, otros pocos tienen molestias graves y continuas, y la mayoría se encuentra entre uno y otro extremo, con síntomas que aparecen y desaparecen, mejorando generalmente con el tratamiento.
     Dependiendo de dónde esté localizada la enfermedad, los síntomas pueden variar. Las personas con afectación del intestino delgado, la más común, tienen sobre todo diarrea, dolor abdominal y lo que se llama síntomas generales: debilidad, pérdida de peso, falta de apetito. En el caso de la afectación del colon, va a predominar la diarrea, a veces con sangre.
       También el tipo de enfermedad determina los síntomas. Los pacientes que tienen síntomas inflamatorios suelen tener más dolor y diarrea, mientras que los que tienen síntomas de estenosis o estrechez, tienen más dolor, e incluso pueden presentar obstrucción intestinal.
     Es importante recordar que la enfermedad de Crohn puede afectar al ano, produciendo lesiones de tipo fístula, absceso o úlcera, con sus correspondientes molestias.
       En cada paciente se pueden añadir otros síntomas, como los dependientes de la anemia (debilidad, palidez), de las manifestaciones extraintestinales (dolores articulares, lesiones en la piel) o muchos otros síntomas digestivos (vómitos, por ejemplo).
      Los niños con Crohn pueden sufrir retrasos en el rendimiento escolar, en el desarrollo sexual y en el crecimiento.


OBJETIVOS NUTRICIONALES

  1. Evitar el deterioro del Estado Nutricional.
  2. Evitar la aparición de anemia.
  3. Garantizar el aporte de energía y nutrientes necesarios para satisfacer las demandas del organismo.
  4. Minimizar el proceso diarreico.
  5. Facilitar la absorción de grasas a nivel intestinal.
  6. Evitar la irritación e inflamación intestinal.
  7. Dar el aporte de macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) y de micronutientes (vitaminas y minerales) necesarios.
  8. Educar al paciente y al grupo familiar sobre cómo debe ser una alimentación saludable para esta enfermedad.


RECOMENDACIONES NUTRICIONALES


  1. Realizar varias comidas al día en pequeñas cantidades. Tres comidas principales (Desayuno, Almuerzo y Cena) más 2 o 3 Meriendas.
  2. Comer a horarios fijos.
  3. Masticar bien los alimentos.
  4. Consumir los alimentos en un ambiente tranquilo, sin ruidos y distracciones, ya que al evitar el estrés podemos evitar que los síntomas empeoren.
  5. Ingerir de 6 a 8 vasos de agua al día.
  6. Limitar el consumo de lácteos y de productos lácteos en caso de intolerancia a la lactosa. Para ello se recomienda ingerir alimentos deslactosados.
  7. Regular la ingesta de productos altos en fibra como: nueces, vegetales crudos, frutas enteras, granos, cotufas, cereales, panes y galletas integrales, Ya que su alto consumo puede causar diarrea.
  8. Consumir alimentos que contengan 2 gramos o menos de fibra por porción.
  9. Evitar ingerir jugos con semillas, o jugos a base de pulpa.
  10. Aumentar el consumo de Yogurt ya que este es un probiótico, ya que ayuda a regenerar la flora intestinal.
  11. Preparar los alimentos en forma sencilla, asados, horneados, al vapor, guisados en salsa natural, sudado, o a la plancha. Evitar las frituras y los alimentos ricos en grasas.
  12. Evitar el consumo de refrescos, café, té y chocolate, ya que estos alimentos irritan la mucosa intestinal.
  13. Evitar alimentos picantes.
  14. Realizar actividad física ligera ayuda a disminuir el estrés  y la depresión, ayudando así a normalizar la función de tu intestino.


Cualquier duda que tengas NO DUDES EN CONSULTAR A TU NUTRICIONISTA. Recuerda que es importante que a pesar de la enfermedad mantengas una dieta equilibrada y conozcas que alimentos debes ingerir y que alimentos debes evitar diariamente.





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